Por lo general, los pernos de anclaje se rompen por estar demasiado sueltos, no por estar demasiado ajustados. Para ajustarse correctamente necesitan suficiente longitud de estiramiento.
A veces se utilizan tipos de pernos de anclaje inadecuados al montar la maquinaria. Entre estos figuran el perno tipo gancho, el perno en I y el perno tipo cola de pez.
Cuando el perno tiene una terminación, la carga se transfiere a la base de hormigón al final del perno, creando zonas en las que el hormigón se carga en tensión en lugar de compresión. Esto puede causar grietas y fallos en la base de hormigón cuando las tensiones exceden la resistencia a la tracción del hormigón.
Si los pernos tienen bordes afilados, esto genera puntos de incremento de tensión cuando el hormigón ya está en tensión. Esto hará que aparezcan grietas y se extiendan horizontalmente por toda la cimentación. La presencia de aceite empeorará aún más la situación.